Cada euro público invertido en rehabilitar edificios genera diecisiete

Aquí os dejamos una muy interesante entrevista sobre los beneficios de la rehabilitación, publicada en Deia. (20/02/12)

BILBAO. En el Instituto Cerdá realizaron recientemente un estudio para cuantificar los beneficios de las ayudas públicas para la rehabilitación. Los resultados confirmaron lo que ya sospechaban. «Merece la pena apoyar la rehabilitación de edificios», defiende Xavier Cerdá, quien esta semana ha visitado Bilbao para participar en unas jornadas especializadas. Según defiende, la rehabilitación tiene beneficios económicos, puede ser una vía de empleo para los trabajadores de la construcción y ayuda a revitalizar un barrio.

¿Se apoya desde la Administración pública la rehabilitación de viviendas?

En 2008, que son los últimos datos que teníamos cuando hicimos el estudio, el Gobierno vasco destinó unos 15 millones de euros y ayudó a rehabilitar en torno a 16.000 viviendas. Aunque, en realidad solo será una milésima parte de lo que se rehabilita.

También hay sociedades públicas en algunas localidades, como Bilbao o Portugalete, que incentivan la rehabilitación de edificios.

Sí. Me parece una idea muy interesante, porque además tiene un valor añadido al ligar su actividad a la armonización de cascos antiguos y zonas que necesitan una intervención específica.

¿Por qué rehabilitar?

Hay muchísimas razones, empezando por la seguridad estructural hasta llegar al ahorro energético. A veces, la rehabilitación de un edificio es necesaria por el deterioro debido al paso del tiempo; otras, permite mejorar la accesibilidad, por ejemplo, en el caso de personas con movilidad reducida al instalar un ascensor. Y las condiciones de confort también mejoran.

¿Qué beneficios tiene?

Para mí, básicamente tres: económicos-laborales, sociales y ambientales. Todo lo que sea promover la actividad económica en el momento en el que estamos es bueno, porque generas puestos de trabajo, ingresos para la Administración…

Todo un punto a favor, con la situación que se está viviendo.

Efectivamente. Ahora mismo, el sector de la construcción es de los que más está sufriendo la crisis económica y la rehabilitación puede ser una salida para toda esa cantidad de gente que se ha quedado en paro. Por cada 8.000 euros se creó un puesto de trabajo.

¿De cuánto dinero hablamos?

En el caso de Euskadi, por cada euro invertido por la Administración se generan más de 10 en actividad económica, de facturación de empresas dedicada a la propia obra pero también, por ejemplo, de arquitectura para el diseño de proyectos o de proveedores de materiales. Y no son los únicos beneficios económicos…

¿A cuáles se refiere?

Los retornos fiscales: por cada euro de ayuda, la Administración recibe 1,2 en impuestos de actividad económica, de sociedades, licencias de obra… En total son más de 18 millones de euros que, gracias al concierto económico, se quedan en Euskadi; cinco de ellos, en los ayuntamientos. Todos sabemos que en este momento es más difícil dar ayudas a fondo perdido, poder disponer de ese dinero para seguir manteniendo las ayudas, pero merece la pena hacer ese esfuerzo. Entre todos los retornos, por cada euros invertido en ayudas a la rehabilitación se generan cerca de 17.

No es, sin embargo, un buen momento para que las administraciones públicas se prodiguen en ayudas.

Si una administración no tiene dinero, seguramente habrá otras necesidades antes. Pero también es cuestión de prioridades, de decidir en qué se invierte el dinero, sabiendo que estas ayudas te van a reportar beneficios. Son las administraciones las que tienen que decidir.

Hablaba también de beneficios sociales.

En un lugar donde rehabilitas un edificio, se produce una espiral ascendente de inversiones. Si dejas que un barrio se acabe degradando, estás degradándolo a la exclusión social. Consigues que sean zonas agradables para pasear, para vivir…

¿Se les ha dado suficiente importancia a estas políticas de rehabilitación?

En el caso de Euskadi, del Gobierno vasco, se habían ido incrementando estas ayudas en los últimos años, hasta 2008. Sin olvidar que también hay otro tipo de ayudas que, sin ser directas, también incentivan la rehabilitación. Por ejemplo, las desgravaciones fiscales o las reducciones de IVA.

¿Mejor rehabilitar que construir?

Sí. Hasta ahora, el crecimiento que ha tenido la construcción ha ido mermando nuestros recursos, empezando por el espacio, el suelo, un bien cada vez más escaso. Además, al construir necesitas habilitar una serie de infraestructuras -conducciones de electricidad, agua…- que precisa de una inversión económica que la rehabilitación no te requiere. Costes que se pueden ahorrar aprovechando lo que ya está construido. Son razones que llevan a pensar que la rehabilitación no es un mal camino.

¿Y por qué no se ha hecho antes?

Por el beneficio económico: construir ha aportado unos márgenes muy grandes. Sin olvidar la especulación que se ha realizado con el suelo. Se ha pensado más en el beneficio privado que en el social.